Como era previsible teniendo en cuenta los antecedentes del país, la ley marcial impuesta el pasado martes por el ejército tailandés ha culminado hoy en el enésimo golpe de estado que vive Tailandia en su historia moderna. Las autoridades del turismo de Tailandia se esfuerzan en transmitir que la situación no tiene que alterar los planes de los turistas, y simplemente piden que éstos eviten las concentraciones callejeras de protesta.
Pero algunos turistas ignorantes interpretan la tensa confrontación política como una magnífica oportunidad para condimentar sus vacaciones con un toque extra de emoción. Imagino que haría falta que los tanques tomasen el control de las calles de sus propias ciudades para que semejantes imbéciles se diesen cuenta de que no están en un parque de atracciones. O ni aun así.
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