Muchos viajeros se quedan sorprendidos cuando descubren por primera vez, contemplando los frescos que hay en los muros de algunos templos de Laos, que la religión budista también cree en la existencia de un infierno, y que a juzgar por los suplicios que ahí se ilustran no es un lugar más recomendable que el infierno cristiano. Y si para muchos resulta así de sorprendente es porque la visión del budismo que tenemos aquí es benévola y suave, empapada de filosofías new age, libritos de aforismos de autoayuda y locales de diseño donde no puede faltar la escultura de un Buda sonriente que medita en la postura del loto. Pero bueno, pasado el susto, siempre queda el consuelo de saber que en el infierno budista no se pasa toda la eternidad, sino que después de un período de penitencia uno se vuelve a encarnar y, si se comporta suficientemente bien, no será necesario que vuelva a poner los pies en él. http://viajesalaos.net
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