El relativo aislamiento histórico de Laos respecto a las principales rutas comerciales de la región, así como los largos periodos de guerra y de dominación extranjera durante los cuales los ejércitos enemigos destruyeron y saquearon una gran parte del legado artístico del país, son hechos que han condicionado la vida artística de Laos. Acorde con el enorme peso que la tradición tiene en la vida de los laosianos, todas sus disciplinas artísticas (musicales, pictóricas y visuales, dramáticas y literarias) se encuentren fuertemente arraigadas en las tradiciones locales y la religión. El budismo theravada y el hinduismo han sido las principales influencias en la vida artística, cultural e intelectual de Laos, y han dado forma a la arquitectura, la escultura, la pintura, etc. De hecho, las disciplinas artísticas se desarrollaron con el objetivo de educar desde el budismo, enseñando el camino hacia la iluminación, y bajo la creencia de que tanto los artistas como los mecenas de las obras ganaban mérito espiritual al honorar a Buda a través de la creación artística. Así pues, la vida de Buda y los mitos hinduistas son los principales temas que se encuentran representados en los templos de Laos, y del mismo modo las danzas teatrales escenifican temas de antiguas narraciones épicas indias como el Ramayana, en su versión laosiana, el Pha Lak Pha Lam. Estas representaciones dramáticas tienen históricamente un papel muy destacado dentro de las celebraciones religiosas y de las principales festividades. A pesar del gran peso de la tradición, la exposición a las culturas y tradiciones vecinas ha cobrado importancia a un ritmo creciente durante las últimas décadas, principalmente por la influencia de los medios de comunicación de masas tailandeses. Esta influencia ha dado lugar a nuevas formas de arte que, partiendo de la herencia tradicional local, se abren a estilos del exterior. La enorme diversidad étnica de Laos hace que, más allá de las formas de arte tradicional de los grupos étnicos dominantes, haya una gran variedad de formas de arte y artesanía regionales y rurales, incluyendo tejidos, cestería, madera esculpida y trabajos con oro y plata.
LITERATURA
Sin duda alguna, el Pha Lak Pha Lam, que es la versión lao de la epopeya hindú Ramayana, y los sadok, que son las narraciones que cuentan las encarnaciones pasadas del Buda Gautama, son las fuentes literarias que, junto a la vida de Buda, han servido de base e inspiración para todo el arte de Laos. Por ello, a continuación se abordan con más detalle.
PHA LAK PHA LAM
El Pha lak pha lam, la versión laosiana del Ramayana hindú, es una de las principales fuentes de inspiración de muchas obras de arte tradicional de Laos. El Ramayana es un poema épico hindú cuya autoría se atribuye tradicionalmente al sabio Valmiki, en el siglo II a.C., y su trama principal narra el secuestro de Sita (la mujer del dios Rama) a manos del demonio Ravana, así como su posterior rescate por parte del dios Rama con la ayuda del dios-mono Hanuman. El Ramayana llegó al imperio jemer en el siglo VIII, y no fue hasta mucho más tarde cuando arraigó en el reino de Lan Sang, donde llegó una versión con modificaciones introducidas por las culturas jemer y siamesa. Del mismo modo que había pasado en los reinos vecinos, la versión que se fue desarrollando en la corte de Lan Sang, que tomó el nombre de Pha lak pha lam, fue incorporando acontecimientos y tradiciones locales, y localizó la acción en su propio territorio, principalmente en el valle del Mekong.
La versión laosiana transforma el poema épico hindú y lo asimila al género de los sadok, es decir, lo convierte en una historia supuestamente narrada por el propio Buda y asimila a Rama como una de las vidas pasadas del que llegaría a ser Buda. Por otro lado, las conductas ejemplarizantes que se desprenden del texto difieren significativamente en el Pha lak pha lam respecto a las antiguas versiones indias: si aquéllas hacían especial hincapié en el trasfondo cósmico de los deberes (dhamma) de la realeza, la versión laosiana se centra más en ilustrar las formas correctas de proceder en las relaciones familiares, y muy especialmente en la manera correcta de proceder en las proposiciones matrimoniales dentro del ámbito de la corte, reflejando la gran importancia que por aquel entonces tenían en la esfera política de Lan Sang las alianzas matrimoniales con fines diplomáticos entre distintos reinos y principados de la región. De este modo, en la versión laosiana Rama contrae matrimonio con hasta doce esposas, siempre después de una petición formal y de pagar el precio acordado por ellas, y se casa también con las mujeres de aquellos a quienes derrota en combate. En el Pha Lak Pha Lam, Rama es el heredero del trono de Lan Sang. En cuanto a las relaciones de parentesco entre los principales protagonistas de la epopeya, la versión laosiana alcanza niveles de auténtico culebrón: Sita, la mujer de Rama, es hija de Ravana y de la hermana mayor de Rama, de modo que es sobrina del propio Rama! Por otro lado, el texto explica las leyes del karma de un modo didáctico, mostrando claramente cuáles son las consecuencias que los actos de cada uno de los protagonistas acarrean sobre ellos mismos. Rama personifica las virtudes budistas a lo largo de todo el relato, siguiendo los cinco preceptos básicos que rigen la moralidad del laico budista, conocidos en su conjunto como pancasila: no matar ni dañar a otros seres vivos, no robar, no tener conductas sexuales inapropiadas, no mentir y no consumir sustancias que alteren la consciencia.
SADOK
Los cuentos sadok (chataka) son una colección de quinientas cuarentaisiete historias que narran las vidas previas del Buda Gautama, escritas en India alrededor del siglo V, que forman parte del canon budista. Las experiencias del futuro Buda en su camino hacia la iluminación, primero en forma animal y después bajo cientos de encarnaciones humanas, proporcionan lecciones éticas y morales que toman la forma de fábulas, sátiras y elegías llenas de elementos del folklore indio. Tan influyentes fueron los sadok que incluso las crónicas del reino adoptaron a menudo su estilo, aliñando hechos históricos verdaderos con milagros, espíritus y reyes, guerreros y monjes con poderes sobrenaturales. Los paññasa sadok son cincuenta sadok adicionales que tuvieron una especial importancia en el desarrollo de la literatura de los primeros reinos Tai, y a pesar de que su origen es incierto se cree que llegaron al reino de Lan Sang provenientes del reino de Lan Na (norte de la actual Tailandia) a finales del siglo VIII o principios del IX. Veintisiete de estos cuentos son exclusivos de Laos, y todos ellos se mezclaron con la tradición y el folclore local y tomaron forma de acuerdo con los gustos autóctonos, dejando atrás en cierto grado su naturaleza religiosa e incorporando referencias sexuales, lenguaje grosero y humor. Los paññasa sadok cambiaban con cada artista que los narraba, de modo que surgieron incontables versiones de cada uno de ellos, que tuvieron también una fuerte influencia sobre las artes del reino de Lan Sang. El sadok más popular en Laos es sin duda el de Vesantara, un príncipe de gran caridad y humildad que fue la penúltima encarnación del Buda Gautama.
MÚSICA
EL KHÈN
El khèn es el instrumento musical más íntimamente asociado con la identidad y la cultura tradicional lao, y es uno de los símbolos nacionales de Laos. Es una evolución de otros instrumentos similares que se han fabricado en el sudeste asiático desde la edad de bronce, un instrumento musical de viento hecho con varios pares de estrechas cañas de bambú unidos, con una longitud variable en función del sonido deseado, que puede llegar casi a los tres metros. Los tubos de bambú tienen pequeños agujeros a un lado, justo sobre la altura de la boca, de modo que los sonidos cambian al bloquear o liberar los agujeros con los dedos. Con las dos manos ahuecadas alrededor de la pieza hueca de madera donde se encuentra la lengüeta, el khèn se toca en posición vertical y ligeramente inclinado hacia uno de los dos lados. El khèn emite un sonido continuo parecido al del acordeón o el armonio, que se produce tanto al exhalar como al inhalar, y permite tocar escalas pentatónicas que permiten configurar cinco modos musicales (lai) distintos. Las piezas musicales son básicamente una improvisación, aunque la mayoría de intérpretes conocen también un cierto número de melodías ya establecidas que intercalan en sus improvisaciones. El khèn puede ser un instrumento solista (diao khèn), como es habitual en la música lao tradicional, o se puede tocar dentro del conjunto de una “orquesta de khèn” o en combinación con otros instrumentos musicales como acompañamiento en canciones modernas. Lo más habitual, pero, es que sea un acompañamiento de cantantes folk o de obras de teatro, y es un instrumento más popular en las áreas rurales que en las urbanas.
DANZA
La mayoría de danzas tradicionales de los Lao y el resto de grupos de origen Tai se bailan con movimientos elegantes, precisos y estilizados de las manos y de la cabeza, que se basan en los mudra budistas. Estos movimientos se encuentran ya presentes en el natasin, el estilo de danza de las obras musicales del mismo nombre que tenían lugar en la corte real. El lam vong (lam significa baile o canción, y vong significa circular) es el baile más popular de Laos, también popular en Tailandia y Camboya. Al ritmo de la música, todas las parejas bailan lentamente formando un gran círculo que va girando sobre sí mismo, con los hombres en el lado interior y las mujeres en el exterior. Los pies no suelen hacer mucho más que seguir el ritmo, mientras las manos realizan movimientos fluidos y expresivos. Existen también muchos otros bailes populares, con numerosas variaciones regionales y según grupo étnico.
ARQUITECTURA RELIGIOSA
El término vat no sólo hace referencia al santuario central, sino que designa a todo el recinto del monasterio, y comprende todo el complejo de edificios que forman el monasterio budista, principalmente el sim o vihan, y también otros elementos y dependencias como las estupas o that (monumentos budistas), los khoti (residencia de los monjes y novicios), la biblioteca, las capillas, la torre del tambor y de la campana, etc. Cuando el recinto del monasterio se encuentra en un espacio elevado al cual se accede mediante escaleras, al igual que cuando el sim se encuentra elevado sobre un pedestal, las escalinatas que dan acceso a ellos se encuentran flanqueadas por balaustradas en forma de naga. En este caso, la función de los naga es proteger la pureza y santidad del espacio sagrado, y al mismo tiempo marca el límite y el espacio de transición entre el espacio mundano del mundo exterior y el espacio sagrado del monasterio o el sim.
EL TEMPLO
La palabra sim deriva de sima, el nombre que reciben las cuatro piedras que tradicionalmente se colocan para delimitar los muros que rodean el santuario. El sim es el santuario principal, foco de la actividad religiosa del vat, el espacio principal de plegaria y el espacio que ocupan los monjes y fieles durante las ceremonias budistas. Se trata de una gran habitación de forma rectangular que se abre hacia el este, mientras que en el extremo occidental de su interior se encuentra el altar donde hay la estatua principal de Buda, típicamente dorada y de grandes dimensiones, rodeada por otras imágenes de Buda menores y de una gran abundancia de otros elementos propios de la práctica budista. La mayoría de sim tienen una galería en su entrada frontal, aunque en algunos casos puede tratarse de una galería que rodee todo el sim (cómo se puede observar al Vat Hò Pha Kèo de Viang Chan) o no tener ninguna (cómo es el caso del Vat Pak Khan a Luang Phabang).
Del exterior del sim destaca su cubierta, formada por múltiples capas inclinadas que se encuentran superpuestas, formando dos vertientes cóncavas. Las cubiertas están normalmente hechas de tejas de cerámica de tonalidades negras, rojas o terrosas. La inclinación de las vertientes es más suave en la parte inferior y su verticalidad se va acentuando a medida que se acercan a la cumbre, con un eje central claramente marcado. En su versión más elegante, cada uno de los extremos del eje central se eleva y se prolonga con una extensión en forma de cuerno que sobresale elegantemente. A esta forma se le atribuyen varias simbologías: el cuello curvado del ganso celestial Hamsa, la cabeza y el cuello del dios-pájaro Garuda, la trompa de un elefante, o la representación estilizada de un naga. Una de las características principales que distingue a los vat laosianos es la ornamentación de sus cubiertas: el dòk so fa (ramo de flores del cielo), nombre que recibe el grupo de estilizados paraguas anillados que se encuentran en la cumbre de la cresta central. El número de paraguas indica el estatus de los fundadores del vat, teniendo en cuenta que los vat reales o aquellos que han estaban conectados con la corte muestran un máximo de siete paraguas a cada lado del punto central, descendiendo en una elegante línea simétrica. Simbólicamente, el pináculo central del dòk so fa representa el Monte Meru, y los siete pináculos descendentes a cada uno de sus lados son los anillos que lo rodean. Los dos altos pináculos a cada extremo del conjunto simbolizan los muros exteriores del cosmos. Además de la forma de la cubierta y de la decoración del eje central que la corona, cada elemento que forma parte de la cubierta del sim laosiano suele estar adornado de alguna manera: los límites longitudinales inferiores de la cubierta a menudo están pintados con motivos geométricos y adornados con pequeñas campanas que se balanceanan y repican con el viento, cada uno de los extremos de la cubierta se encuentra sostenido sobre los muros del sim mediante soportes de madera esculpidos en forma de naga, la ornamentación del tímpano está a menudo complementada con un plafón esculpido en forma de llamas acabadas en forma de cabeza de naga, etc.
Las puertas, y su puerta central en particular, son otro de los elementos más destacados del sim. La ornamentación de las puertas de los sim y su entorno inmediato va desde la contención y delicadeza artesanal de algunos paneles de madera esculpida, hasta el exceso ornamental a base de relieves intrincados (con motivos de naga, pájaros, vegetación y figuras geométricas), hechos de yeso pintado y superpuestos los unos sobre los otros, donde predominan los colores vivos y el dorado. Otro elemento distintivo del sim laosiano es el tímpano y la pantalla de madera que se encuentra bajo él. La pantalla está situada entre la viga central que soporta el tímpano y las vigas laterales inferiores, y enmarca el porche frontal mediante arcos dobles, el más central de los cuales hace de umbral de acceso a la galería y se encuentra más profusamente ornamentado. El tímpano está dividido simétricamente en diferentes secciones, todas ellas cubiertas de ornamentación esculpida en madera, pintada o a base de molduras de yeso pintado. Las imágenes que se encuentran representadas más frecuentemente son Buda, la Rueda de la Justicia, y deidades hindúes, especialmente Indra montada sobre Erawan, el elefante de triple cabeza. El símbolo del elefante de tres cabezas en el tímpano es indicador de que el monasterio tenía vinculación con la realeza.
DOS ESTILOS: VIANG CHAN Y LUANG PHABANG
Con respecto al estilo de los sims laosianos, se distinguen dos categorías: el estilo de Viang Chan y el estilo norteño. Los sim que siguen el estilo de Viang Chan son parecidos a los tailandeses, y se encuentran alrededor de la llanura de Viang Chan y río Mekong abajo hasta la frontera camboyana. Suelen tener una galería frontal, en general son mucho más altos que los del estilo norteño, y sus altos muros se inclinan hacia el interior a medida que se elevan hacia el techo. Los altos muros hacen que ganen importancia las ventanas, que suelen tener forma trapezoidal, estrechándose en su parte superior. Externamente los muros no están ornamentados, y se encuentran divididos por finas pilastras que reflejan la localización de los pilares interiores, que pueden ser cuadrados, dentados u octogonales. Los pilares de Laos raramente tienen base, suelen estrecharse conforme se acercan al techo y están coronados por capiteles puramente decorativos, casi siempre con forma de hojas de loto. En el estilo norteño o de Luang Phabang las cubiertas son bajas, y los muros a menudo se desvían de la perpendicular a medida que se elevan hacia el techo, pero en este caso hacia el exterior, al contrario de lo que ocurre en el estilo de Viang Chan (el ejemplo más claro de esto es el Vat Visun de Luang Phabang). Tanto los muros interiores como los exteriores pueden encontrarse ornamentados con bajos relieves, patrones dorados pintados con plantilla, pinturas policromadas y pintura blanca o de color. Los sim del estilo norteño tienen típicamente gruesos pilares circulares. Las cubiertas bajas del estilo norteño hacen que las ventanas pierdan importancia, y éstas a menudo consisten en simples aperturas rectangulares, horizontales o verticales. La gracia de estas ventanas se encuentra en sus parteluces de madera, a menudo decorados con patrones geométricos (como en el Vat Sen de Luang Phabang), y en sus contraventanas de madera esculpidas (Vat That de Luang Phabang). En el estilo de Luang Phabang es más acentuado el uso de cubiertas de múltiples capas superpuestas, pudiendo llegar hasta cinco. Existía un tercer estilo, el de Siang Khuang, que era una derivación del estilo de Luang Phabang que conservaba las características tempranas de éste sin importantes modificaciones estilísticas posteriores. Por desgracia, ninguno de los sim de la región de Siang Khuang ha sobrevivido a las sucesivas guerras que asolaron la región.
EL THAT (ESTUPA)
El that es un monumento de dimensiones decrecientes a medida que asciende hacia su punto más alto, y normalmente está hecho de ladrillos y recubierto de yeso pintado. Se trata de una evolución de los antiguos túmulos funerarios indios, y se construyen para guardar las reliquias del mismo Buda o de monjes y personas devotas, o simplemente para conmemorar a Buda. Se encuentran por todo Laos, tanto solos como dentro del complejo de un vat, y su estilo y tamaño son muy variables. Respecto a sus dimensiones, van desde el enorme That Luang de Viang Chan hasta los pequeños that kaduk que se encuentran dentro de los recintos de los vat y contienen las cenizas de difuntos. Con respecto a su estilo, algunos son más parecidos a sus antecesores indios (como el That Mak Mo de Luang Phabang, de forma semi-esférica, o el That Dam de Viang Chan, con forma de campana), y otros son más cercanos a los monumentos análogos de las culturas cham (los kalan) y jemer (los prasat).
Originalmente las estupas eran túmulos hemisféricos, a los que posteriormente se añadió una base cuadrada o rectangular. Cabe destacar que la construcción de túmulos erigidos sobre restos mortales es una práctica anterior al budismo. La estupa budista tiene un significado simbólico a varios niveles, puesto que es tanto un símbolo del logro del nirvana por parte de Buda como de Buda en sí mismo, especialmente cuando contiene alguna reliquia suya. Se trata de una estructura sólida al interior de la cual no se puede acceder. El perímetro de la base de las estupas estaba tradicionalmente decorado con bajo relieves que representaban la vida de Buda o historias de los sadok (vidas pasadas de Buda), con una finalidad didáctica en beneficio de los devotos y los peregrinos. El that es un monumento con una profunda carga simbólica. Así como el loto simboliza el nacimiento de Buda, el árbol Bodhi su iluminación y la rueda su primer sermón, el that representa el camino de auto-superación que conduce al nirvana. Siguiendo un eje vertical, cada una de las partes y niveles del that es una alegoría de los distintos estadios de la existencia, partiendo del reino del deseo y representando los sucesivos estados espirituales que conducen hasta el logro del nirvana. Así, la base del that representa el reino del samsara (el ciclo de los renacimientos); sobre esta base se encuentra la estructura convexa en forma de campana, que representa el Monte Meru (la montaña sagrada mítica de la cosmogonía budista); sobre éste se encuentra una forma cúbica, el harmika o el trono de Buda; sobre éste encontramos el pináculo, representando los estados de plenitud que conducen al nirvana, y éste suele estar coronado por un dòk so fa.
ESCULTURA
La escultura es la disciplina artística tradicional de la que hay más ejemplares en Laos, por el hecho de haber resistido mejor el paso del tiempo. Igual que en el resto de formas artísticas tradicionales, los temas representados se centran en las creencias religiosas, y fundamentalmente en la representación de la figura de Buda. En el arte budista primitivo, Buda aparecía representado simbólicamente, en forma de elefante, de huella, de paraguas, etc., y no fue hasta el siglo IV d.C., seguramente a raíz del contacto de los artistas indios con la cultura griega, cuando el arte budista empezó a representar la figura de Buda en forma humana. En una sociedad en gran parte analfabeta, el arte budista era un apoyo didáctico muy útil para los monjes predicadores, y así las pinturas y esculturas de Buda se convirtieron en herramientas de enseñanza. Cada representación de Buda contenía las llamadas treinta y dos marcas de perfección (lakshana), características físicas que señalaban el rango espiritual de Buda. A pesar del seguimiento de este canon sistematizado, dentro de lo que puede parecer una aparente uniformidad a ojos de los no iniciados, las estatuas de Buda muestran una serie de variantes en sus atributos físicos que, más allá de su tamaño, material de construcción y actitud/posición, nos permiten hablar de estilos propios en zonas geográficas y tiempos concretos.
Las estatuas de Buda más antiguas que se han encontrado en el territorio del actual Laos datan de finales del primer milenio, y pertenecen a dos culturas budistas distintas: la Mon de Dvaravati y la jemer. Pero fue posteriormente a la fundación del reino de Lan Sang (mediados del siglo XIV) cuando se fue desarrollando un estilo con algunas características distintivas lao, especialmente durante el reinado de Visun, gran patrón de las artes que reinó durante las dos primeras décadas del siglo XVI. La época dorada del arte y la escultura del reino de Lan Sang se considera que es la comprendida entre los siglos XVI y XVII, algunas de cuyas obras más representativas se pueden ver en el Museo Nacional de Luang Phabang, así como en los templos Vat Sisaket y Vat Hò Phra Kèo de la capital Viang Chan. Algunos rasgos distintivos de las estatuas de Buda de Laos son que sus orejas son normalmente más planas y largas de lo habitual, las cejas son más arqueadas, la nariz más delgada y el extremo inferior de su ropaje se curva simétricamente hacia arriba. Estas características se desarrollaron durante la edad dorada del reino de Lan Sang, y tendieron a desaparecer tras el colapso del reino, cuando fueron reemplazadas por influencias siamesas. Con la desintegración del reino de Lan Sang, los escultores autóctonos cayeron bajo la influencia siamesa durante el siglo XVIII, adoptando los estilos siameses contemporáneos de Ayutthaya y Rattanakosin (Bangkok).
LAS POSICIONES DE BUDA
Los mudra son gestos rituales de las manos que tienen un significado simbólico. Los mudra que se describen a continuación no son exhaustivos, pero se trata de los más representativos de los que se pueden encontrar en las imágenes de Buda en Laos.
Tocando el suelo: es la actitud más frecuente en que se encuentran las imágenes de Buda sentado en Laos. En ella, Buda se encuentra sentado en la posición del loto, con el pie derecho descansando sobre la rodilla izquierda, la mano izquierda con la palma hacia arriba reposando sobre su regazo y la derecha extendida sobre la rodilla y tocando el suelo. Este gesto, el bhumisparsha, es también conocido como el gesto de “invocación del testigo de la tierra”, pues hace referencia al episodio en que Siddhartha, inmerso en un estado de meditación poco antes de alcanzar el nibbana, extiende la mano para invocar a la diosa de la tierra, para que dé testimonio de su virtud y de su victoria sobre el demonio Mara, que simboliza la tentación.
Meditando: es la segunda actitud más frecuente en la que se encuentran los budas sentados de Laos, y en ella las dos manos de Buda reposan sobre el regazo con las palmas hacia arriba y los dedos completamente estirados. Este mudra es conocido también como dhyana, samadhi o yoga.
Invocando la lluvia: es la más frecuente de las actitudes que encontramos en los budas derechos en Laos, y en ella Buda se encuentra de pie con los brazos estirados a los lados, con los dedos de las manos juntos y también extendidos hacia abajo.
Dando protección o desvaneciendo el miedo: se trata del mudra abhaya, denominado normalmente en Laos “calmando una disputa familiar”, y es también muy popular. Buda se encuentra de pie con los brazos pegados a los lados hasta la altura de los codos, y extendidos hacia delante y mostrando la palma de las manos.